jueves, 26 de mayo de 2011

EL KIRCHNERISMO EN MENDOZA


En estas próximas elecciones de octubre se juega un partido muy importante: o se avanza o se retrocede. Los candidatos provinciales que nos muestran los partidos tradicionales no son garantia de cambio y si lo son de más de lo mismo.
Estos candidatos, tanto del PJ, la UCR o el PD, son las mismas caras que desde el 83 vienen mostrando las secciones sociales y políticas de los medios corporativos locales.
Las fórmulas provinciales y los listados para legisladores han tenido una forma de construcción a partir de acuerdos muy cerrados de personas o de cúpulas. Así por ejemplo los candidatos pejotistas fueron fruto de un acuerdo de tres o cuatro, los del radicalismo fueron puestos por dos y los de los ganzos por uno sólo.
Con estas actitudes es imposible pensar en una transformación, en una democracia más participativa, en una renovación dirigencial, en una más inclusión social, en una concepción del Estado como una cuestión nacional, todo ello como lo entendiera Nestor y lo continuara Cristina.
Para qué florecieron mil flores en Mendoza si no tienen la posibilidad de crecer. Si los intereses económicos ya tienen sus candidatos en todos los partidos tradicionales, si la minería contaminante ya tiene quien la defienda, si los empresarios ya tienen candidatos que los proteja, si los medios de comunicación corporativos ya tienen donde rascarse, quien se va a dedicar a proteger a los débiles, a los marginados, a los olvidados, a los oprimidos.
Por ello, se debe pisar muy fuerte sobre esos acuerdos de rosqueros. Se debe oradar esas estructuras trogloditas con un espacio que lleve como bandera una estrategia nacional y popular. Que nos haga sentir parte de todo un proceso de cambio y de inclusión iniciado en 2003 y que sostenemos. De no ser así se corre el peligro de una derrota electoral y de la instalación otra vez de una gran zoncera a la mendocina.
Es al pedo, no aprenden más.

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